martes, 25 de septiembre de 2012

Como en la montaña rusa



Así me encuentro yo. A lo largo del día, mis emociones van subiendo muy  lentamente hasta llegar al pico más alto, lugar donde se detienen unos segundos para  después dejarse caer a velocidad frenética hasta el punto más bajo, no sin antes  sentir el vértigo que provoca mirar desde arriba. Esta situación se repite una y otra vez todos los días de la betaespera, con lo que os podreís imaginar (algunas lo sabéis bien) que, cuando una ya está en su onceavo día, tiene un mareo de cráneo considerable.

Tan pronto estoy llena de ilusión, esperanza y positivismo como que me sorprenden sentimientos de tristeza, negatividad y, por supuesto, enfado. 

¡Y eso que esta betaespera estoy muchísimo más tranquila! La anterior (y primera) fue horrible porque, además del desconocimiento, tuve todos los síntomas que una mujer betaesperante puede tener. Todos ellos provocados por mi amiga la progesterona así que, lo único que obtuve de mi primera IAD fue muchísima ansiedad y un negativo como la copa de un pino. He de confesar que el resultado de la beta no me pilló por sorpresa porque, al noveno día (si, lees bien, noveno) sucumbí a los encantos del pipitest para llevarme mi primera gran decepción. Y una, que es pesimista ya por naturaleza, no levantó cabeza en toda la espera.

Esta vez ha sido diferente. Quizá sea porque ha coincidido que estoy de vacaciones. Cero síntomas. Nada de nada, ni siquiera dolor menstrual. Sólo pechos como cántaros y tripa como un globo, lo normal con “proges”. Eso sí, viajando en la montaña rusa todo el día (los tickets se vendían baratos jajajaj). Si hay síntomas, malo, y si no los hay, malo también. De momento, no he tenido la más mínima tentación de hacerme un test…y eso que tengo 20 en la mesilla… sí, yo también los compré al por mayor…¡me pones una oferta y de cabeza que voy! Jajajaja 

Hoy (todavía) es martes…el viernes tocará hacerme la beta…Tengo miedo…miedo a otro test que resulte en blanco nuclear…por eso, de momento (y no sé por cuánto tiempo), ahí os quedáis…encerraditos en el cajón de la mesilla… 

Me siento como en esta canción…intentando mantener el equilibrio sobre el alambre pero con una dirección fija, la de mi sueño, la que me llevará hasta mi bebé…aunque ello conlleve caer y levantarse unas cuantas veces ;)



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