Así me encuentro yo. A lo largo
del día, mis emociones van subiendo muy
lentamente hasta llegar al pico más alto, lugar donde se detienen unos
segundos para después dejarse caer a
velocidad frenética hasta el punto más bajo, no sin antes sentir el vértigo que provoca mirar desde
arriba. Esta situación se repite una y otra vez todos los días de la
betaespera, con lo que os podreís imaginar (algunas lo sabéis bien) que, cuando
una ya está en su onceavo día, tiene un mareo de cráneo considerable.
Tan pronto estoy llena de
ilusión, esperanza y positivismo como que me sorprenden sentimientos de
tristeza, negatividad y, por supuesto, enfado.
¡Y eso que esta betaespera estoy
muchísimo más tranquila! La anterior (y primera) fue horrible porque, además
del desconocimiento, tuve todos los síntomas que una mujer betaesperante puede
tener. Todos ellos provocados por mi amiga la progesterona así que, lo único
que obtuve de mi primera IAD fue muchísima ansiedad y un negativo como la copa
de un pino. He de confesar que el resultado de la beta no me pilló por sorpresa
porque, al noveno día (si, lees bien, noveno) sucumbí a los encantos del
pipitest para llevarme mi primera gran decepción. Y una, que es pesimista ya por
naturaleza, no levantó cabeza en toda la espera.
Esta vez ha sido diferente. Quizá
sea porque ha coincidido que estoy de vacaciones. Cero síntomas. Nada de nada,
ni siquiera dolor menstrual. Sólo pechos como cántaros y tripa como un globo,
lo normal con “proges”. Eso sí, viajando en la montaña rusa todo el día (los
tickets se vendían baratos jajajaj). Si hay síntomas, malo, y si no los hay,
malo también. De momento, no he tenido la más mínima tentación de hacerme un
test…y eso que tengo 20 en la mesilla… sí, yo también los compré al por
mayor…¡me pones una oferta y de cabeza que voy! Jajajaja
Hoy (todavía) es martes…el
viernes tocará hacerme la beta…Tengo miedo…miedo a otro test que resulte en
blanco nuclear…por eso, de momento (y no sé por cuánto tiempo), ahí os
quedáis…encerraditos en el cajón de la mesilla…
Me siento como en esta
canción…intentando mantener el equilibrio sobre el alambre pero con una
dirección fija, la de mi sueño, la que me llevará hasta mi bebé…aunque ello
conlleve caer y levantarse unas cuantas veces ;)
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