viernes, 28 de septiembre de 2012

Miedo



Reconozco que tengo miedo y que es ese miedo el que, la mayoría de las veces, me impide ser más positiva. Nunca me he considerado una persona negativa o pesimista pero si muy realista (quizá demasiado). Me gusta poner en la balanza las cosas buenas y malas para obtener la visión más realista de cada situación.  Y sé, que en el caso de la búsqueda de mi bebé, hacer eso no me ayuda en absoluto.
Tengo la sombra de mi FSH sobrevolando mi cabeza en cada momento. La tengo en un valor de 11 y las primeras palabras de la doctora fueron: “Muy bien, la analítica está bien…Bien es cierto que me preocupa tu FSH, que corresponde a la de una mujer de 42 años y tú tienes 30…”. Esto, acompañado del cierto grado de conocimiento que tengo sobre temas médicos (soy enfermera) hace que mi balanza se incline hacia el lado oscuro y lo vea todo muy negro.
Como mujer deseosa de ser madre pienso: “¿Pero los 30 años que tengo beneficiarán en algo, no?.
Como enfermera pienso: “Las posibilidades que tengo, si es que las hay, serán como mínimo con FIV y no con IAD. Y ya veremos si lo consigo con mis óvulos porque muy probablemente, me guste o no, corresponderán a los de una mujer de 42 años. Hasta que no me deriven a FIV, no conoceré la calidad de mis óvulos”.
Y como mujer deseosa de ser madre vuelvo a pensar: “Si no tuviera posibilidades con IAD, la Seguridad Social y los médicos que me tratan, no malgastarían tres intentos”.
Y la enfermera aparece de nuevo y concluye: “Las pruebas que nos hacen son insuficientes”. ¡¡¡Chimpúm!!! ¡Estudiar tres años de carrera para llegar a este punto!
Y así ando… En constante lucha entre mi “yo mujer” y mi “yo enfermera”. Y eso que ambos “yos” saben y son conscientes de que el estrés en estas situaciones no beneficia nada.
Me encantaría ser una paciente sin más, y confiar en todo momento en el tratamiento y en el médico y no parecer la niña del exorcista cuando giro la cabeza hasta límites insospechados, mientras me hacen las ecos para ver el monitor e interpretar datos. Medidas que los médicos dictan a las enfermeras y éstas anotan en el ordenador y, medidas que, aunque no me expliquen, se lo que significan.  Hasta en la “fase de los pinchazos” se (sin llegar a hacer la eco) si las cosas van bien o mal.
¿¿¿¿Por qué no seré bombera, peluquera, economista o cantante???? Pues básicamente porque amo mi profesión y es lo que siempre he querido ser aunque, en situaciones como ésta, me encantaría ser una completa ignorante en la materia.
Dicen que verbalizar tus miedos, te ayuda a ser consciente de ellos y que es el primer paso para superarlos. Eso es lo que he intentado hacer con este post y, lo siguiente que haré, será soltarle todo este rollo a mi ginecólogo en cuanto le vea en la siguiente consulta, que seguro que me ayudará a tranquilizarme porque es un tipo muy accesible y, a mi parecer, muy profesional. Creo que aquí lo que falla es la paciente, que no hay peores pacientes que los mismos sanitarios.


PD: Confirmada beta negativa. No quiero dedicar más líneas a esto.

jueves, 27 de septiembre de 2012

El día después...



…de un pipitest negativo.
Esto es duro, muy duro. Estos golpes duelen. Las ilusiones que han ido creciendo a lo largo de 27 días (desde la primera consulta del ciclo, en la que te dicen que puedes empezar, hasta el día del negativo) se esfuman en menos de 5 minutos, tiempo que tarda el test en quedarse en blanco impoluto.  

Si os dijera que ayer no lloré, os mentiría. Lloré y mucho. Parece que el negativo de la primera IAD estaba más asumido y aceptado por la cosa de que acertar a la primera era muy complicado. Para qué mentir…en esta segunda vez me había permitido ilusionarme e incluso hablarle a mi tripilla con la esperanza de que estuvieses ahí dentro y me escucharas.

Por si fuera poco, todavía hay que pasar por el mal trago de la beta de mañana. Por ese momento en que suena el teléfono y una voz te anuncia “Lo siento, no estás embarazada. Puedes dejar ya la progesterona. Llámanos el primer día de tu regla si decides volver a intentarlo”. 

¿¿¿¿¿¿Cómo que si quiero seguir intentándolo??????, ¿¿¿¿¿Para qué estamos aquí entonces????, ¿¿¿¿Podemos hacer que hoy mismo sea el primer día de mi regla????…Me temo que no, que hay que esperar de nuevo a que ella solita haga su aparición estelar pero, en unos días, tendréis noticias mías. 

Hoy toca secarse las lágrimas, mirar hacia delante, coger aire e impulso y prepararse para el siguiente intento. Hay que “sacudirse” las negatividades y empezar a llenar la mochila de ilusión y positivismo de nuevo, la ocasión lo merece.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Pesadillas



Si por algo se ha caracterizado esta espera ha sido por las pesadillas que he tenido casi todas las noches. Yo no suelo soñar (o soñaré y no lo recuerdo) ni cosas buenas ni malas, por eso me llamó la atención comenzar a sufrir pesadillas de manera tan repetida. Mis pesadillas no están relacionadas con el tratamiento, la beta, el embarazo ni nada de esto. Son de temática variada pero siempre muy angustiosas.

Como buena betaesperante obsesiva, he buscado información al respecto en google (¡of course!) intentando encontrar motivos para culpar a la progesterona (jijiji) y he encontrado varias versiones sobre esto.  Hay autores que justifican la aparición de pesadillas con el elevado estrés que padecemos durante estos días de espera, otros que lo relacionan con los cambios hormonales que atravesamos durante esta etapa e, incluso, he llegado a leer que las pesadillas pueden ser uno de los primeros síntomas (poco habituales) de embarazo. 

Como buena betaesperante, me gustaría que la tercera opción fuera la correcta y la mía pero, me temo, que la opción del estrés gana por goleada y que me encuentro más ansiosa de lo que yo misma creo.

Hoy llevo el día “torcido”… Sin síntomas hasta ahora y justo hoy (día 12 de betaespera) comienzo con dolor menstrual, el típico movimiento de tripa antes de manchar y los cantaros que tenía por pechos se van desinflando… Creo que debería ir pensando en hacer ese pipitest y empezar a bajar de mi nube…La beta es pasado mañana y sino la torta va a ser gorda…Quizá así desaparezcan mis pesadillas...

* Reedito: pipitest negativo con su consiguiente berrinche. Mañana será otro día...



martes, 25 de septiembre de 2012

Como en la montaña rusa



Así me encuentro yo. A lo largo del día, mis emociones van subiendo muy  lentamente hasta llegar al pico más alto, lugar donde se detienen unos segundos para  después dejarse caer a velocidad frenética hasta el punto más bajo, no sin antes  sentir el vértigo que provoca mirar desde arriba. Esta situación se repite una y otra vez todos los días de la betaespera, con lo que os podreís imaginar (algunas lo sabéis bien) que, cuando una ya está en su onceavo día, tiene un mareo de cráneo considerable.

Tan pronto estoy llena de ilusión, esperanza y positivismo como que me sorprenden sentimientos de tristeza, negatividad y, por supuesto, enfado. 

¡Y eso que esta betaespera estoy muchísimo más tranquila! La anterior (y primera) fue horrible porque, además del desconocimiento, tuve todos los síntomas que una mujer betaesperante puede tener. Todos ellos provocados por mi amiga la progesterona así que, lo único que obtuve de mi primera IAD fue muchísima ansiedad y un negativo como la copa de un pino. He de confesar que el resultado de la beta no me pilló por sorpresa porque, al noveno día (si, lees bien, noveno) sucumbí a los encantos del pipitest para llevarme mi primera gran decepción. Y una, que es pesimista ya por naturaleza, no levantó cabeza en toda la espera.

Esta vez ha sido diferente. Quizá sea porque ha coincidido que estoy de vacaciones. Cero síntomas. Nada de nada, ni siquiera dolor menstrual. Sólo pechos como cántaros y tripa como un globo, lo normal con “proges”. Eso sí, viajando en la montaña rusa todo el día (los tickets se vendían baratos jajajaj). Si hay síntomas, malo, y si no los hay, malo también. De momento, no he tenido la más mínima tentación de hacerme un test…y eso que tengo 20 en la mesilla… sí, yo también los compré al por mayor…¡me pones una oferta y de cabeza que voy! Jajajaja 

Hoy (todavía) es martes…el viernes tocará hacerme la beta…Tengo miedo…miedo a otro test que resulte en blanco nuclear…por eso, de momento (y no sé por cuánto tiempo), ahí os quedáis…encerraditos en el cajón de la mesilla… 

Me siento como en esta canción…intentando mantener el equilibrio sobre el alambre pero con una dirección fija, la de mi sueño, la que me llevará hasta mi bebé…aunque ello conlleve caer y levantarse unas cuantas veces ;)



Empezaré por presentarme...

Mi nombre es Ana, tengo 30 años y sigo sin conocer al príncipe de mi cuento. 

Hace muchos años que tomé la decisión de que, si llegaba MI momento de ser madre y no tenía pareja, lo haría sola. Así que, en diciembre de 2011, consideré que MI momento había llegado y emprendí mi viaje hacia la maternidad en solitario. 

Después de 6 meses de analíticas, pruebas y consultas, recibo la noticia de que, a mis 30 primaveras, me encuentro en situación de baja reserva ovárica. Primera piedra en el camino que me ayuda a reafirmarme en mi deseo de ser madre y ponerme a ello YA. 

Después de una primera inseminación artificial de donante (a partir de ahora IAD) y de una primera betaespera horrorosamente llena de síntomas y con su correspondiente negativo, me encuentro ahora mismo en el día 11 de betasespera de mi segunda IAD. Una betaespera totalmente diferente, sin síntoma alguno (cosa que no me tranquiliza en absoluto).

A grandes rasgos, esta es mi historia, y he decidido acompañarla con la apertura de este espacio que emplearé para ordenar mis ideas, sentimientos, miedos y, ¿por qué no?, sueños. Este será mi "momento café con amig@s". Ese momento que sirve de terapia reparadora después de la larga batalla del día a día y que espero que me ayude a comprender cada una de las fases por las que estoy pasando.

¿Os apetece un café? ¡¡¡Invito yo!!! ;)




PD: Quizá debería invitaros a un aquarius :D (las que estáis en mi situación me entenderéis jajajaj)